A medida que envejecemos nuestra piel pierde elasticidad, debido a que el colágeno y la elastina de la misma se descomponen más rápido de lo que se reconstruyen. Esto conduce a aparición de las arrugas y a la flacidez en la piel. Esto es más notable en áreas delicadas y finas de la piel, tales como los ojos. Por otra parte, alrededor de la boca y la frente también se desarrollan arrugas profundas, mientras que los efectos de la exposición del medio ambiente causan daños que le dan una apariencia desigual a la tez. La piel puede comenzar a caer alrededor de la mandíbula, los labios y el cuello. Incluso la piel que cubre nuestro cuerpo puede comenzar a perder elasticidad y forma, sobre todo después de un parto o una pérdida de peso importante. A menudo que la piel se afloja la grasa crea abultamientos indeseables.